La solucionadora Enmascarada

La vida me está enseñando muchas cosas, muchísimas, algunas de ellas maravillosas y
otras más de andar por casa, pero en cualquier caso con cada nuevo aprendizaje sé que
espabilo y evoluciono, y descubro que puedo aportar más no solo a las personas con las
que comparto mi día a día, sino a las que las circunstancias ponen en mi camino. Y eso
es lo que hace que, con cada jornada en este trabajo, me enfrente al reto de ser la
perfecta secretaria que, con su diligencia y eficacia en la gestión y tramitación de los
avisos que reciba, aportará seguridad y tiempo a los clientes que han contratado
nuestros servicios y ayudará a hacer mejor el día de cada persona agobiada que
descuelgue el teléfono y marque un número con la esperanza de haber solucionado su
problema al terminar la llamada.

Me llamo Magdalena Talleres y hace ya casi siete años que mi exmarido me dio la excusa
perfecta para mandarlo a una excursión de ida (y sin vuelta) tras leer la demanda que yo
misma redacté para la abogada que me representó en el juicio cuando al muy torpe se
le ocurrió levantarme la mano y romperme una ceja. El juez no dudó en fallar a mi favor
y aquí paz y después gloria.

Poco tiempo después de aquella sentencia judicial encontré la oferta de un empleo que
no solo ha cambiado mi vida, sino que cada día cambia la de muchas personas.

Trabajo en SVAE y no solo intento ser la mejor secretaria virtual del mundo, sino que
también trato de ayudar a personas a lo largo de todo el país que nos llaman con los más
variopintos problemas cotidianos, desde recuperar el PIN de la tarjeta SIM de su teléfono
móvil a conseguir reparar una gotera, pasando por encontrar un trastero adecuado en
el que guardar los recuerdos de la infancia, el abogado que pueda reclamar una
negligencia médica o el que sepa detener el acoso de una empresa de recobros.

Uno de mis compañeros, Iván Tintero, sabe que me apasiona escribir y que empecé a
compartir mis ensaladas mentales cuando publiqué mi primer libro de relatos al
terminar la carrera con una beca en Irlanda. Iván, nuestro más reciente capitán Apaños
había leído mi libro porque tuvo cierto éxito en los círculos de lectura de la ciudad y le
gustó tanto que me propuso abrir con él este blog y contar desde aquí nuestras
experiencias a este lado del teléfono. La verdad es que me ha encantado la idea. Lo que
no me termina de convencer es el alias que me ha puesto, el de Solucionadora
enmascarada. ¡Solo él sabe por qué! Es cierto que no me gusta llamar la atención, pero
os aseguro que nunca he necesitado ocultarme tras una máscara. Y tampoco es para
tanto, que de chavala yo era la amiga simpática que ligaba lo mismo o más que la guapa,
en contra de los estereotipos. Otro tema fue que no supiera elegir bien, pero bueno, de
todo se aprende. Quizás lo de la máscara le de un poco de morbo a mi personaje, que
oye, nunca está de más añadirle algo de salsa a los guisos y, puesta a solucionar las cosas
a los demás, es mejor hacerlo desinteresadamente y de incógnito que buscando colgarte
medallitas o recibir palmaditas en la espalda, así que… venga, le compro el adjetivo de
enmascarada.

Empiezo con la ilusión de que os guste este blog y, por supuesto, con la esperanza de
que, si alguna vez estáis al otro lado de la línea cuando atienda la llamada, mi gestión y
mi deseo de acertar os sean de verdadera ayuda. Debo reconocer, con el orgullo del
trabajo bien hecho, que siempre termino la jornada con la seguridad de haber socorrido
a quienes han acudido a nosotros. A lo mejor cualquier día, después de recibir nuestra
atención como secretarios virtuales, veáis reflejada en estas páginas la experiencia que
compartimos… y ojalá entonces, al recordar que tuvo un final feliz, se os dibuje una
sonrisa de satisfacción.