Como dijo Jack el destripador, vamos por partes.

Mi nombre es Iván Tintero, y el de mi compañera y amiga es Magdalena Talleres. Ambos
somos trabajadores de la empresa de asistencia virtual SVAE y ambos nos ocuparemos de
alimentar este blog que convertiremos en Cuaderno de bitácora o Diario de a bordo de
nuestras peripecias como secretarios virtuales, tramitadores de llamadas y gestores de los
avisos que atendemos diariamente durante las jornadas de teletrabajo.

Hace poco leí un texto en el interior del disco Héroes, del cantante Darío Martín H., que decía
que hoy los héroes no necesitan una cabina telefónica para cambiarse de ropa pues viven entre
nosotros y somos todos nosotros. Desde que he comenzado a trabajar en SVAE he descubierto
que esto es una gran verdad.

La vida da muchas, muchas vueltas y he aprendido que si no te agarras bien en las curvas
puedes salir despedido y estrellarte contra el asfalto. Pero a veces, tras una de esas vueltas, te
encuentras con un nuevo camino, recto, despejado, bien iluminado y perfectamente asfaltado
que se convierte en una carretera directa a la satisfacción personal.

Quién me iba a decir a mí que, después de tanto tiempo buscando mi camino, me iba a
convertir en poderoso superhéroe cotidiano: el fantástico capitán Apaños. Y mucho menos
que iba a sumar fuerzas a la labor de mi querida y admirada amiga Magda (a quien muy pronto
encontraréis tras la firma de su apellido), la muy eficaz y discreta heroína a la que he apodado
como Solucionadora enmascarada. Y aquí estamos los dos, para ayudar en cuanto podamos
a los ciudadanos de esta España heterogénea, plural e insólita, haciendo de sus problemas
algo más llevadero y de sus vidas algo más digno.

En SVAE atendemos a clientes y usuarios de cientos de empresas a lo largo de toda la geografía
española, insular y peninsular, y con cada llamada descubrimos lo hermoso de nuestro idioma
pronunciado con los más distintos acentos, y lo sorprendente y variado de las circunstancias
cotidianas de cuantos conforman la sociedad. Nuestro principal cometido es el de realizar la
labor de secretarios virtuales, atendiendo las llamadas que recibe cada empresa que contrata
nuestros servicios, gestionando desde las citas en un taller de reparación de automóviles hasta
la que agendamos a profesionales de distintas ramas de la salud como odontología, medicina
general o psicología clínica. De nuestra eficacia a la hora de atender las llamadas y de pasar el
aviso a quienes han delegado en nosotros la atención a sus clientes y usuarios dependerá en
gran medida el grado de satisfacción de aquellos que marcan el número en su dial para solicitar
una reunión en una notaría, la instalación de la fibra óptica en su domicilio o que se les
proporcione el número PUK para desbloquear la línea de su teléfono móvil. Entre otras muchas
cosas.

No hace mucho, y por motivos que ahora no viene al caso, fui yo el que necesitó de la
colaboración y la comprensión de las personas de mi entorno, y agradecido tras haber podido
superar con su ayuda las más adversas y difíciles circunstancias, me conjuré para encontrar la
manera de devolver al menos un poco de lo recibido. Fue tras acudir a una muy particular
entrevista de trabajo cuando los hados escucharon mis plegarias y me permitieron
corresponder al hacerme merecedor de la oportunidad que me ofreció el gerente de la
empresa en la que hoy me siento como en casa.

Cada noche me voy a la cama con la satisfacción de haber conseguido, con la rapidez y el
acierto de mis gestiones, que dos personas enamoradas cierren la fecha para constituirse ante
notario como pareja de hecho; que una madre preocupada por las noches en vela de su hijo
adolescente obtenga cita con el profesional experto en tratar las angustias que lo atormentan;
que vuelva el calor a los radiadores de la vivienda de una octogenaria aterida de frío en la dura
estepa castellana; o que el vecino del tercero, condenado a vivir atado a su silla de ruedas,
pueda utilizar de nuevo el ascensor que, por reciente e inoportuna avería, le impidió ayer tarde
acudir al entrenamiento con su equipo de baloncesto.

Hace unos días mi compañera permitió que se le escapase una lágrima al contarme el sincero
agradecimiento de una madre que se había quedado encerrada en la azotea de su comunidad
de vecinos. Había subido a recoger la ropa tendida, y con las prisas, más atenta a su colada
que a la inquieta pequeña, no se percató de que su hija se quedaba al otro lado de la puerta.
Sorprendida al escuchar los gritos de la asustada niña, se trabucó de tal forma intentando abrir
la puerta que solo consiguió romper la llave dentro de la cerradura.

Nuestra querida Talleres, la Solucionadora enmascarada, tiene a su cargo por sentencia
judicial a la única hija en un matrimonio al que supo poner final antes de que se convirtiera en
lo que nunca debería convertirse algo tan hermoso, quizá por eso empatizó al instante con la
madre encerrada y no escatimó en llamadas a los responsables de la comunidad y a los
operarios del seguro de la finca, hasta que un profesional se personó en la planta trece del
edificio sevillano y consiguió abrir la puerta reuniendo felizmente a madre e hija. Magdalena
es una de las mejores secretarias virtuales que trabajan en SVAE, pues además de su rapidez
y eficacia a la hora de tomar nota y pasar avisos a los clientes, el hecho de que hable un inglés
fluido y casi perfecto la convierte en una herramienta imprescindible dentro del equipo de
secretarios y secretarias virtuales que atienden llamadas para las empresas que nos han
contratado la atención de sus clientes también en la lengua de Shakespeare.

Hemos descubierto que, más allá de facilitar el trabajo de quienes contratan los servicios de
SVAE, podemos aportar tranquilidad, estabilidad, comodidad, seguridad y felicidad a terceras
personas, y precisamente por eso hemos decidido abrir este blog para contaros historias reales
de superhéroes cotidianos.

Pasad y poneos cómodos, estáis en vuestra casa.